La dolencia se transmite por la picadura de mosquitos Aedes aegypti infectados, pero no entre personas, pero puede afectar a cualquier grupo de edad.
Existen cuatro variedades de dengue, siendo el hemorrágico el más grave, y es posible que un mismo individuo desarrolle la enfermedad cuatro veces, cada una de ellas por una variedad diferente del virus.
El dengue provoca síntomas parecidos a los de una gripe, como fiebre, dolores musculares y de cabeza, escalofríos, nauseas y vómitos. En ocasiones puede evolucionar hasta convertirse en un cuadro potencialmente mortal, llamado dengue hemorrágico o grave.
Últimamente se ha desarrollado de manera creciente en las zonas urbanas convirtiéndose en un problema grave de salud pública, junto con el Zika y Chikungunya.
La única forma eficaz de prevenirlo es controlando las poblaciones de mosquitos transmisores.
De ahí que las autoridades sanitarias insistan en indicar que se eliminen correctamente los desechos sólidos y líquidos, y evitar que los mosquitos encuentren lugares donde depositar sus huevos.
Asimismo, aplicar los tratamientos adecuados a los recipientes donde se almacene agua, además de cubrir, vaciar y limpiar periódicamente los depósitos dedicados a uso doméstico.
Las personas deben limpiar las canaletas, bebederos de animales, mantener el césped corto, cambiar regularmente el agua de floreros, entre otras acciones.