En estos días raros donde nada es normal o lo normal es extraño, unas buscan el amparo del hogar para alejarse de la amenaza del virus. Organizan una vida distinta que las pone a resguardo. Aunque sienten temor, esperan que algo cambie y vuelvan los días de empinar la sonrisa como papalotes a la deriva, anhelan que lleguen por fin los días de la vacuna y el abrazo. Pero mientras, hay que estar en casa.
Al mismo tiempo hay quienes deben ir a casa como a una sentencia de muerte, como a enfrentar la tortura, como presa que, expuesta al acecho de una bestia conocida, teme el zarpazo que llegará por cualquier motivo o sin él.
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Un año de pandemia, de restricciones, de aislamiento social, de confinamiento y cuarentena someten a las mujeres en circunstancias de violencia a un panorama incierto.
Niñas, adolescentes y mujeres adultas, son las más frágiles piezas de este tablero en que atención institucional, redes sociales, familia, amigos, autoridades, deben unirse, para proteger a las víctimas.
La emergencia incrementa el riesgo, mas existen grupos de apoyo y sugerencias en las redes virtuales para encontrar ayuda, desde estos sugieren tener siempre cargados los teléfonos móviles y de ser posible con datos para pedir ayuda; no perder el contacto con la familia y amigos a fin de dar a ellos la alarma; enseñar a los niños a identificar cuando están en peligro, pactar palabras clave para que estén alerta y de ser posible que pidan socorro.
En Cuba, por ejemplo, existen líneas de ayuda telefónica, grupos de WhatsApp diseñados para la pandemia y sus efectos, pero pueden servir como canal para encontrar el auxilio en una situación de agresión.
Lo más importante es saber identificar el gesto lesivo, el perjuicio, por taimado que se nos presente, y como leí hace poco, “debes quererte tanto que si te hacen daño te des cuenta”. Solo así podrás ponerte a salvo, y alejar a tus hijos, si los tienes, de la espiral de violencia y sus derivaciones, que pueden ser tan definitivas como la muerte.
Manual para padres impacientes es un podcast coproducido entre el periódico ¡ahora!, Radio Holguín y Cubadebate, y presentado por la periodista holguinera Liset Prego.