Me temblaron las manos con cada letra, se me apretujó el alma cada día de espera, de incertidumbre, de evolución, pero el corazón de esta madre no cabe en su pecho, porque soy testigo de cuánta fuerza interior, de las noches de desvelo, de las interminables horas sin moverse para que el suero se mantenga en la vena de Denzel.
Y es que tengo el privilegio de contar con la hermandad y complicidad de Yailén Domínguez Araujo desde hace más de 20 años, pero solo percibí su verdadera grandeza y capacidad para enfrentar los desafíos en el justo momento en que se convirtió en madre.
“Siempre esperé muy ansiosa poder festejar este día y ser felicitada por todos mis seres queridos, lo que nunca imaginé fue que mi primer año lo pasaría aquí”, dice desde la sala de Oncología del Hospital Pediátrico Eduardo Agramonte Piña, en Camagüey, donde lleva 89 días.
“De cualquier manera estoy muy feliz y agradecida porque fui bendecida con la maternidad y hoy es nuestro día, así que ni el lugar ni las circunstancias arruinarán mi felicidad y como debo permanecer en el hospital hasta que el niño cumpla su primer año de vida y todavía falta un poquito, decidí decorar la habitación con objetos como si estuviera en casa y siguiendo los consejos de la canción Lo feo, de Teresita Fernández, le he puesto un poco de amor y así la tristeza ha cambiado de color.
DE CÓMO YAILÉN ENFRENTA LA ENFERMEDAD DE SU HIJO
“Nadie quiere que su pequeño padezca de ninguna enfermedad y desdichadamente me tocó, pero desde el principio estuve fuerte y muy optimista y dije que no lloraría; solo de felicidad cuando todo esto termine.
Lo primero que hice fue dar gracias a Dios por traerme aquí a tiempo para que todo tuviera solución, pues a mi hijo le diagnosticaron su enfermedad con 41 días de nacido y fue un hallazgo porque él estaba asintomático. Luego fue operado de un tumor en la glándula suprarrenal del riñón izquierdo y al hacerle la biopsia -cuyos resultados fueron positivos-, se le diagnosticó un Neuroblastoma”.
Es aterrador cuando piensas que tu hijo tiene cáncer porque cuando escuchas esa palabra lo primero que viene a tu mente y a la de las personas es la palabra muerte y no siempre tiene que ser así, por tanto decidí eliminar esta palabra de mi diccionario y sustituirla por "enfermedad oncológica", así cuando le digo a alguien mi hijo padece de una enfermedad oncológica no los dejo ni que asocien, simplemente les explico en qué consiste el padecimiento, que ya está operado, que está recibiendo quimioterapia, y las personas se tranquilizan y hay hasta quienes me dicen ”qué bueno que no fue nada”, relata.
Y Yailencita sonríe porque la viveza en sus ojos nadie la apaga porque, además, me asegura que para vencer esta batalla es muy importante tener la mente positiva.
“Yo soy el espejo de mi hijo, según él me vea, así se sentirá él y por eso siempre trato de permanecer alegre y transmitirle mucha seguridad y confianza de que todo estará bien. Recibir apoyo es una gran fuente de energía y por suerte tengo un esposo maravilloso, familia, amigos, compañeros de trabajo y vecinos que me apoyan día a día y con quienes estoy muy agradecida".
DEL PERSONAL MÉDICO
“Todos los que laboran en la sala son muy competentes y comprometidos a mejorar la salud de nuestros hijos. No falta un domingo que no vengan a preocuparse por cómo amanecieron los pequeños y el abuelo Juan Carlos, como le decimos cariñosamente al Doctor que se encuentra a cargo de la sala, desborda amor hacia los niños y creo que esto los sana más que los propios medicamentos.”
“Aquí somos una gran familia. Los padres nos apoyamos y aunque no nos unen lazos sanguíneos, sí nos une la fuerza, la fe y la esperanza de que nuestros hijos estarán bien”, asegura Yailén.
Amor ha sido lo que más ha llenado esta historia; perseverancia ante una prueba difícil, mas no imposible para un ser humano con tanta grandeza, con tanta fuerza.
Admiración desmedida por una madre que logró calmar a su hijo a través de su canto mientras realizaban una Tomografía Axial Computarizada (TAC) sin tener que sedarlo.
Mi respeto para ella, quien detrás de un auricular transmite optimismo y seguridad a todos los que la rodeamos.
Felicidades hoy a esa madrecita que me dice “no llores porque tengo un hermoso bebé de cuatro meses al cual amo más que a mi vida y estoy muy orgullosa de él porque ha demostrado ser un guerrero. Nunca cuestioné esta situación y creo que no lo haré porque, como me dijo una amiga, son “hijos especiales para madres especiales”. (Fotos: de la autora)
Yailén y la autora de la entrevista -madrina de Denzel- felices por el nacimiento del bebé, en diciembre del 2020.