“Pienso que cada una tiene su historia de vida, que es un referente para la sociedad, unas con emociones positivas que sirven de precedentes para otras generaciones. Eso es lo que ha sucedido conmigo, por eso me siento tan orgullosa de ser una mujer transgénero, que ocupa un lugar tan importante en nuestra sociedad, sin importar mi orientación sexual ni mi identidad de género”.
Son palabras de la doctora cubana, especialista de primer grado en Oftalmología, Naomi Castillo Bicet que Cubasí multiplicaba no hace mucho pero parecieran pronunciadas justamente para una ocasión como esta, en que el mundo celebra el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia.
Ocurre que testimonios de personas transgénero como esta cubana no son pocos en la Isla, aun cuando también se acumulen muchas otras historias con finales no tan felices.
Para que sean cada vez más las personas de toda la comunidad LGBTIQ+ cuyas vidas inclinen el platillo de la balanza a favor de una vida plena, Cuba despliega, junto a muchas otras acciones, las Jornadas Cubanas contra la Homofobia y la Transfobia, que este mayo concretan la edición número 14, desde el pasado día 4 hasta el domingo 30.
No por gusto al referirse a estas jornadas y también al diálogo político que se ha desplegado y despliega sobre dicho tema, la Dra. Mariela Castro, Directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), y diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular, comentaba en reciente Mesa Redonda sobre el “cambio cultural”que ha ido aconteciendo en este orden y valoró estos 14 años como una cosecha de cambios importantes.
De togas y birretes
También en el ámbito de la legislación se han dado y siguen dando pasos importantes. La propia Constitución de la República se proyecta también en ese sentido cuando habla de igualdad efectiva, de no discriminación y del respeto a una dignidad humana que, como valor, transversaliza todo el texto constitucional como igual sucede con el proyecto social cubano.
Y todo ello “se tendrá que proyectar en el nuevo Código de Familia, a partir de esos principios de pluralidad, de inclusión y de otro elemento muy importante: el del afecto. Y no cualquier afecto, sino el basado en el respeto, en la consideración, en la solidaridad humana”.
Así comentaba en días pasados la doctora Yamila González Ferrer, vicepresidenta de la Unión Nacional de Juristas de Cuba (UNJC) y de la Sociedad Cubana de Derecho Civil y de Familia, en el espacio televisivo Palabra Precisa, donde mucho se argumentó sobre la importancia de que ese nuevo texto se parezca cada vez más a las familias cubanas de hoy, de las que forman parte cubanos y cubanas de diversa orientación sexual e identidad de género.
Ese principio de inclusión ha de permitir visibilizar a todos los modelos de familias y valorarlos por igual porque “no hay familias más válidas que otras”, como subrayaba la doctora González Ferrer.
Sin embargo, también refería que todavía en las subjetividades, en el imaginario social, persiste un tipo de “familia ideal” a la que algunos siguen aspirando, y otros, aunque no aspiran a ella, se sienten presionados a ajustarse a ese modelo “porque es el socialmente aceptado, y que está muy atravesado por estereotipos, por prejuicios patriarcales, que laceran realmente la plena realización de las personas”, puntualizó.
Del dicho al hecho
Aun cuando un nuevo Código de Familia, así como otros cuerpos legales y documentos rectores -brújulas para el avance del país- refrenden, protejan y visibilicen de un modo cada vez más eficaz y contemporáneo la diversidad, la pluralidad y los derechos, amparándose en saberes múltiples enlazados en pro de la dignidad humana, quedará de todas formas un camino por recorrer en esas subjetividades mencionadas líneas arriba por la letrada.
Tan anclados están los prejuicios, que incluso quienes no se autorreconocen en la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, y trabajan a favor de eliminar discriminaciones y barreras, a veces incurren en posturas que son las que ellos mismos critican.
Cuando alguien públicamente se excusa por no conocer o confundir términos relacionados con la orientación sexual y la identidad de género de las personas, está evidenciando que no le importa mucho saberlo ni le apena como sí le apenaría confesar que no sabe la ortografía de cierta palabra o quién es determinada personalidad, conocida por la mayoría.
Podría esto entenderse como exceso de sutileza, pero no lo es, y todos lo iremos incorporando como parte de ese “cambio cultural”mencionado por la directora del CENESEX y que tiene en este Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, solo un momento singular, pero que ha de extenderse a cada instante de la cotidianidad cubana.
En ese sentido tributa el mensaje del Presidente de la República este lunes, quien, vía Twitter, recordó que "Cuba está comprometida con la garantía de todos los derechos para todas las personas".