Muñeco COVID

12 meses transcurridos, vividos, trabajados, disfrutados y con días de matices grises, de angustia y tristeza. Ha pasado este 2021 tan rápido como si el otro día estuviera empezando el año. 

No se caracterizó por ser fácil, al contrario, presenciamos momentos duros con el rebrote de la pandemia, periodos en que por semanas sabíamos de amigos, familiares o conocidos positivos a la Covid-19 y de otros que también lamentamos su partida.

La mala noticia es que seguimos conviviendo con el virus y sus nuevas variantes, ahora Ómicron con alto poder de contagio, pero la buena, en el caso de Cuba, es la existencia y desarrollo de vacunas propias, las cuales, gracias a sus autores, posibilitan que los cubanos y países de nuestra área geográfica estén protegidos del virus, aunque así y todo es vital cuidarse, usar el nasobuco, evitar las grandes aglomeraciones y extremar medidas de higiene.

Hay que ponerse las pilas este 31 de diciembre para armar un muñeco bien grande, echarle bastante relleno, y entre todos pedir que, con su quema, una de nuestras costumbres en fin de año, se vaya todo lo malo, y si fuera la Covid-19, mejor todavía. 

Al muñeco Covid hay que darle duro este año para que no volvamos a presenciar próximos meses cargados de tanta angustia y estrés, necesitamos buenas energías, dejar todo lo negativo atrás.

Vamos a destacarnos este año con la creatividad para que el muñeco haga efecto, y encima, los cubos de agua a tirar por el balcón o la azotea, nos ayuden a despojarnos de todo lo que no nos gusta, nos incomoda, todo lo malo que ya no queremos en nuestras vidas. 

Así que, entre todos, a ver si por cada CDR, de tantos gigantes o pequeños de trapos y recorterías que hagamos, logramos que el SARS-CoV-2 nos deje en paz y parta definitivamente de nuestras vidas.

La noche de este 31 es un momento para pasar tranquilos en familia, comer la gustada yuca, acompañada de congrí, y de proteína, bueno, al muñeco hay que pedirle además que le bajen el precio a la carne de cerdo. Se pasa también con música bailable para amenizar el momento y una cerveza fría. 

La esperada del año nuevo lo pasaremos como siempre lo hacen los cubanos, en familia, con los vecinos, festejando la jornada desde que amanece y hasta el día primero.

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Nuestra tradición fundamental es la felicidad, el amor entre todos, los actos de buena fe, el compartir, porque así somos los cubanos y nuestra forma nos distingue en el mundo entero. 

El 31 en Cuba se caracteriza por la cena y fiesta familiar, con comida criolla, escuchando a los Van Van, o salsa en general, por la quema del muñeco, el cubo de agua que se arroja, la vuelta a la manzana con maleta en mano para que en el próximo año vengan viajes.

A ello estamos acostumbrados, y nos parece más normal de lo normal, sin embargo, cada país tiene sus tradiciones, por ejemplo, en Japón su ritual se caracteriza por el toque de campanas, en Dinamarca se les tiran platos a las puertas de los seres queridos, lo cual es símbolo de amor y buenos presagios. 

Los chinos celebran su año nuevo pintando la puerta principal de color rojo. En Italia se estila comer muchas lentejas y no uvas, porque dichos granos significan riqueza.

En Brasil, Italia y Chile también es costumbre usar esa noche lencería roja para alcanzar en el próximo año una gran felicidad en el amor. 

Cada país celebra su viejo y nuevo año de forma diferente por su idiosincrasia y cultura, sin embargo, este año todos tenemos como en punto común cuidarnos de la Covid-19, como lo fue en el 2020, para evitar los contagios y que tras las celebraciones se desaten preocupantes cadenas de casos positivos.