En la noche de año nuevo –Nochevieja– muchas más personas de lo que imaginas saldrán corriendo por las calles de su vecindario arrastrando una maleta vacía. Otras saldrán al rellano de su casa y volverán a entrar usando el pie derecho. Quienes hayan llenado una cubeta con agua la vaciarán con las doce campanadas por el inodoro para que se lleve las malas energías. Y la gran mayoría se asegurará de haber guardado un billete –de moneda fuerte, por supuesto– en el monedero.
Son éstas algunas de las numerosísimas supersticiones que suelen acompañar cada celebración de fin de año el 31 de diciembre y el inicio de uno nuevo los 1 de enero, según lo establecido por el calendario gregoriano impuesto en 1582 por el papa Gregorio XIII y utilizado hoy de manera oficial en Occidente y gran parte del mundo.
Emocional y energéticamente, el inicio de un año supone una especie de nuevo comienzo para la mayoría de nosotros. Cada Nochevieja decimos adiós a un ciclo de 365 días, saludamos al que se inicia a la medianoche y nos llenamos de propósitos, deseos, esperanzas y ganas de alcanzar lo que, quizás, no alcanzamos en el año que quedó atrás.
Fundamentalmente, nuestros deseos tienen que ver con tener prosperidad, salud, comida, amor, viajes, dinero y protección ante lo desconocido que se abre ante nosotros.
Estos deseos constituyen la clave de la mayoría de las supersticiones de año nuevo, muchas de las cuales han terminado por convertirse en verdaderas tradiciones alrededor del globo.
De las supersticiones
La Enciclopedia Británica define la palabra “superstición” como una “creencia, creencia a medias o práctica para la que no parece haber sustancia racional. Quienes utilizan el término implican que tienen cierto conocimiento o evidencias superiores para sus propias convicciones científicas, filosóficas o religiosas”.
Se trata, explica la Enciclopedia Británica, de una palabra ambigua y que probablemente sólo puede utilizarse de forma subjetiva. “Teniendo en cuenta esta cualificación, las supersticiones pueden clasificarse, a grandes rasgos, en religiosas, culturales y personales”.
Para Don Saucier, profesor asociado de Psicología de la Universidad Estatal de Kansas, que las supersticiones son comportamientos que suceden en un intento de afectar o controlar el futuro.
“La gente cree en las supersticiones para intentar restablecer cierta predicción y control sobre su mundo –afirma Saucier–. No saber lo que les va a ocurrir es incómodo, y llevar a cabo comportamientos supersticiosos puede hacer que la gente se sienta un poco mejor respecto al futuro”.
Muchas personas piensan que la realización de ciertas tareas de una determinada manera puede ayudar a aliviar la ansiedad o mejorar las posibilidades en una situación determinada.
Un ejemplo clásico de superstición es el asociado con el número 13, que se considera de mala suerte. En una sociedad como la estadounidense, donde la superstición forma parte del panorama (se estima que el 25% de los adultos se considera supersticioso y entre los jóvenes esta tendencia va en aumento) se evita el número 13 en la medida de lo posible,
Las aerolíneas y los aeropuertos suelen saltarse la fila 13 de los asientos del avión y la puerta de embarque 13. Los edificios de gran altura, incluyendo rascacielos, no tienen piso 13. Y los hoteles y hospitales carecen de habitaciones con el número 13.
Vale decir que la fobia asociada al número 13 se llama Triscaidecafobia, y de ella hablaremos en una oportunidad a futuro.
Cómo atraer el dinero y la prosperidad...
En el día de año nuevo, se recomienda no barrer ni trapear la casa para no deshacerse de la buena suerte que viene en camino (en Rusia, sin embargo, se limpia la casa a fondo para eliminar las malas energías). Además, se aconseja abrir las puertas y ventanas de la casa si se quiere dejar salir a los malos espíritus que nos acompañaron en el año que termina. También se dice que encender todas las luces de la casa asegurará claridad en el año que comienza.
También es aconsejable besar a alguien a la medianoche; si es a la persona amada, mejor, pero también vale besar a una persona extraña para seguir dando y recibiendo amor durante el año.
Por otro lado, si comes doce uvas en Nochevieja, una por cada mes, tendrás prosperidad. Si la despensa de tu cocina está vacía, lo que se considera un símbolo de pobreza, corre al supermercado, compra alimentos y llénala hasta el tope.
Asimismo, por lo que más quieras, evita comer langosta (porque se desplaza de lado), cangrejo (camina hacia atrás) y pollo (porque puede volar) la noche de año nuevo. En cambio, se recomienda comer lentejas, ya que simbolizan abundancia, prosperidad y buena fortuna: atraen energías positivas y mejora nuestra relación con el dinero. Y si las acompañas con arroz y maíz, tanto mejor.
Si colocas un anillo en una copa de champagne, brindas con ella y bebes el contenido (no el anillo) vas a atraer al dinero.
Un planeta supersticioso
En países como Cuba o Portugal, los cerdos simbolizan el progreso y, por ello, como una manera de atraer prosperidad para los próximos 365 días, es habitual cenar carne de cerdo o puerco en la noche de año nuevo.
En Alemania y Suiza prefieren cenar arenque para convocar la buena suerte.
En Suiza se acostumbra recibiendo el año con helado, pero, en lugar de comerse la bola, los suizos la arrojan al suelo, un gesto que, se supone, trae abundancia.
En cuanto a Venezuela, una de sus más populares supersticiones de año nuevo está asociada con la ropa interior: se usa ropa interior amarilla –el color del oro– para tener prosperidad y riqueza; roja –obviamente el color de la sangre, de la pasión– parar encontrar pareja, y al revés para ahuyentar la envidia y las malas energías.
En Brasil la gente suele vestirse de blanco y en Dinamarca se suben a las sillas y dan un salto hacia adelante, y también estrellan platos en las entradas de las casas.
En Rusia se acostumbra escribir un deseo en un papel, quemarlo, arrojar las cenizas en una copa de champagne y luego beberla.
La lista de supersticiones de año nuevo podría ser tan extensa como países hay en el mundo o, precisamente, días en el año. Sea cual sea tu superstición, ponla en práctica esta Nochevieja, pues no se sabe qué pueda pasar en los próximos 365 días...
Por lo pronto, les deseo un feliz año nuevo a todos por aquí.