Tejera Méndez, quién se desempeña como maestro primario de una escuela primaria en el municipio Centro Habana -uno de los territorios con mayores complejidades en cuanto al completamiento de la cobertura docente-, comentó en exclusiva para la Agencia Cubana de Noticias su agradecimiento con la obra humanista de la Revolución y el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz que le permite enmendar sus errores pasados.
Dadas las características peculiares de la zona donde está enclavado el centro docente, insistió en el trabajo que realizan con las familias para transmitirle formas correctas de comportarse en la sociedad, de forma tal que se involucren más con la labor de los maestros en la misión de educar a sus hijos
Confiesa que la oportunidad que se le dió de cumplir su sanción en régimen de libertad, amparado en el buen comportamiento, le ha ayudado mucho a confiar en la revolución y en el socialismo.
A pesar de todos los problemas que existen: los materiales, los espirituales, esto me ha dado fuerza para seguir adelante, para ayudar a los jóvenes, tratar de que aprendan de la historia de uno y no lleguen a cometer delitos y pasar por lo que uno pasó, añade.
Compartió así su entera disposición de apoyar a la juventud, de sacarlos del hueco en que se encuentran en estos momentos con la lucha contra todo lo ilegal, que no lleguen a las drogas, que no se vean implicados en actos delictivos, que no lleguen a ningún tipo de problema que les pueda traer consecuencias más allá en sus vidas, y que si cayeron en algún problema, aconsejarlos para que sigan adelante con la cabeza en alto.
Rubén Remigio Ferro, presidente del Tribunal Supremo Popular (TSP), señaló en reciente encuentro de estas personas con autoridades del Partido, del Gobierno y judiciales, el énfasis especial de reinserción social, posible solo en un modelo de justicia socialista en función del pueblo, en lograr que un error que condujo en su momento a un delito pueda quedar atrás con una buena conducta y proceder ciudadano de las personas a las que se les concede una segunda oportunidad.
Remigio Ferro insistió que el objetivo del sistema judicial cubano no es el de marcar, a modo de estigma, en el futuro de las personas el peso de culpas ya pagadas con años de internamiento y buena conducta, sino de brindarle la posibilidad de enmendar en sus comunidades, en la sociedad y con la práctica cotidiana las equivocaciones cometidas.
De esta manera, subrayó que el programa apela a la promoción de valores humanos y cívicos positivos, fundados en la decencia, y demostrar así la capacidad humana de elevarse y dignificarse, y eso es una idea fundamental en el pensamiento heredado de Fidel.