Ciego de Ávila, Cuba, 26 abr. - Las playas constituyen hoy uno de los principales atractivos naturales de los cayos del norte de la región central de Cuba, por donde se desarrolla el destino turístico Jardines del Rey.
Cada año cientos de visitantes de diferentes ciudades del mundo llegan a la región turística de Ciego de Ávila, atraídos por la belleza de los balnearios de cristalinas aguas, fondos marinos bien conservados y una gran franja de arena, propias para el descanso y la toma del sol caribeño.
Los cayos Coco, Guillermo, Paredón Grande y Antón Chico agrupan alrededor de 38 kilómetros de riberas paradisíacas, en su mayoría en estado natural y algunas custodiadas por enormes dunas de arena, de hasta 15 metros de altura, como es el caso de Playa Pilar.
Sus aguas tranquilas de color turquesa, fondos poco profundos, finísima arena de origen coralino con suaves corrientes submarinas y clima cálido durante todo el año, resultan características ideales para un relajado baño de mar y excelente descanso.
Unido a esas fortalezas están las excelentes condiciones de los fondos marinos, con atrayentes formaciones coralinas y abundantes variedades de especies de la flora y la fauna, que da la posibilidad al turista de practicar kite-surfing, buceo, snorkelling u otro deporte náutico.
Perteneciente al archipiélago Sabana-Camagüey, Jardines del Rey adopta su nombre alrededor del año 1513, cuando Diego Velázquez exploró la zona y quiso rendir homenaje al entonces rey de España, Fernando el Católico.
Varios años después dicha región fue inmortalizada por el escritor estadounidense Ernest Hemingway en el libro Islas en el Golfo, relatado durante su persecución de submarinos alemanes durante la II Guerra Mundial (1939-1945).
Hoy pese a la compleja situación epidemiológica a nivel internacional, provocado por la Covd-19, el polo turístico cubano recibe visitantes foráneos y nacionales, quienes disfrutan de excelentes vacaciones en los 25 confortables hoteles, enclavados en primera línea de playa.