La Habana se reanima por estos días finales de año con la llegada de un crucero británico cargado con casi medio millar de turistas, en la segunda de las cuatro visitas planificadas a la isla por ese buque.
Los vacacionistas arribaron en el barco Marella Explorer 2, perteneciente a Marella Cruises Restricted, del Grupo TUI, y de inmediato se desperdigaron por las calles de la ciudad, que en noviembre último cumplió 504 años.
“La parte antigua de la ciudad es muy hermosa y está muy bien conservada”, dijo a Xinhua el británico John Garling, quien por primera vez pisó las calles de la capital cubana.
Garling y su esposa Marie recorrieron buena parte del emblemático malecón habanero a bordo de un viejo Oldsmobile descapotable, un auto clásico que parece recién salido de la fábrica en Michigan, Estado Unidos.
“Es un buen cierre de año después de tantas penurias”, afirmó Mario Arteche, el dueño del flamante auto de alquiler.
Arteche señaló que la lenta recuperación del turismo en la isla, tras el demoledor golpe de la pandemia de COVID-19, ha golpeado la economía familiar de muchas personas que dependen de ese sector.
“Cuando hay poco turismo, todo se resiente en casa”, afirmó. Ese criterio fue compartido por Luis Fernández, un hombre que desde hace 12 años conduce un pintoresco coche de caballos en un circuito que cubre las principales zonas históricas de la vieja La Habana.
“La recuperación del turismo ha sido muy lenta y nos ha puesto las cosas difíciles”, señaló desde el pescante del coche cargado de turistas extranjeros.
Hace apenas una semana, en una sesión parlamentaria, se informó que el turismo, principal rubro económico de la isla después de la exportación de servicios médicos, recibió este año poco más de 2,450.000 visitantes, una cifra que quedó en un 30 por ciento por debajo de los 3,5 millones esperados.
De acuerdo con el vice primer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil, ese número de visitantes representan un crecimiento del 50 por ciento en comparación con el 2022, pero solo el 64 por ciento de lo logrado en 2019, en el período previo a la pandemia de COVID-19.
Gil explicó que para el año venidero se planifica la entrada a la isla de 3,100.000 visitantes, un 27 por ciento más respecto al estimado del 2023, y un aumento del 29 por ciento en los ingresos del sector.
En un reciente diálogo con Xinhua, el investigador José Luis Perelló afirmó que “el entorno convulso del mundo” ha afectado el arribo de viajeros a Cuba, aunque consideró que el primer obstáculo para un mayor desarrollo del sector en la isla es el bloqueo impuesto por Estados Unidos hace más de seis décadas.
“El 90 por ciento de las dificultades que tiene el turismo cubano son las restricciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos y la incorporación de nuestra nación a la lista de países patrocinadores del terrorismo”, apuntó.
Las autoridades cubanas afirmaron que entre las principales acciones comerciales para el incremento de la llegada de turistas sobresalen la inserción de nuevos turoperadores, el aumento de las ventas en línea, el crecimiento de la participación en ferias y bolsas comerciales y la implementación de acciones enfocadas en la economía circular.
(Información de Xinhua)