La planta experimental instalada en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas (UCLV), inició la producción de cemento ecológico de bajo carbono (LC3), tras varios meses de pruebas. Ésta posibilita ampliar el uso de este recurso de alta demanda, en la fabricación de viviendas y de materiales de la construcción.
Fruto de la colaboración entre la casa de altos estudios y la Empresa Geominera del Centro, la entidad ha fabricado unas 40 toneladas del surtido, hecho a base de clínker, arcilla, carbonato y yeso, reconoció el doctor José Fernando Martirena Hernández, director del Centro de Investigaciones y Desarrollo de Estructuras y Materiales de la UCLV.
En la actualidad, la pequeña unidad fabril, a la cual se le han realizado varios ajustes, produce unas cuatro toneladas diarias de LC3. Se estima que cuando esté a plenitud de producción, podrá duplicar esa cifra, aseguró el científico villaclareño.
Para ampliar el ensayo experimental a la elaboración industrial del cemento ecológico, se trabaja en la Planta Mecánica Fabric Aguilar Noriega, de Villa Clara y en la fabricación de otros 16 ingenios de ese tipo, señaló Martirena. También señaló que el primero se encuentra al 90 % de ejecución y será emplazado en el municipio de Remedios.
Entre las ventajas del cemento de bajo carbono –ya se ha producido el LC2, extensor del tradicional– figuran un menor costo de elaboración respecto al conocido P-35, la reducción entre un 20 y un 30 % de las emisiones de CO2 a la atmósfera, y que, con pequeñas inversiones, se pueden duplicar, de manera muy fácil y en las líneas existentes en Cuba, las cantidades actuales del cemento Portland, alcanzando propiedades similares o superiores a este.
(Con información de Granma)