En la Feria Internacional del Libro de La Habana (FILH) 2025, Carina Pino Santos Navarro acaba de presentar su ebook Arte visto en Cuba: un viaje por la creación visual contemporánea, cuya producción corrió a cargo de Citmatel.
“A su director, Jorge Acosta Ezcurra, y al equipo integrado por la editora Mónica Orges, el diseñador Salvador González y la jefa de redacción Yanet Cabargas, debo, con gratitud, la posibilidad de tener esta edición”, subraya la experta investigadora, crítica y doctora en Ciencias sobre Arte.
Entre otros textos, el conjunto contiene reseñas y ensayos. Dichos materiales se agrupan en varios capítulos: Artistas cubanos, Traspasar el puente: Estados Unidos y Cuba, Obras de artistas del mundo en Cuba, La Bienal de La Habana, Arte y pensamiento.

¿A quiénes va dirigida la compilación?, pregunto a la ensayista.
“La he realizado con el objeto de que los estudiantes, autores y, no menos importante, un grupo más extenso de lectores aprecien la dinámica de la producción artística y la relativa a las exhibiciones, como resultado del quehacer de los curadores en las galerías y museos de la capital cubana. Es una vasta selección de mis escritos sobre muestras personales de diversos creadores y la actividad expositiva en general durante el primer cuarto del siglo XXI; panorama en torno al cual los interesados pueden profundizar mediante los artículos de otros especialistas que aportan sus propias miradas”.
-¿Por qué considera atractivos y relevantes los temas abordados?
-Desde que era estudiante de Historia del Arte la escritura acerca de las artes visuales ha formado parte de mi vida. Luego de graduada, esa labor se ha mantenido sin interrupción por más de 30 años para publicaciones culturales impresas y digitales. Ha implicado una vocación creativa y a la vez una disciplina intelectual que conlleva esfuerzo y rigor, cuya finalidad es comunicarnos con un público que desearíamos fuera lo más numeroso posible.
“Esta suerte de acompañamiento del acontecer no queda meramente en la inmanencia periodística que solo informa acerca del suceso expositivo, sino que implica la apreciación valorativa. Ha sido un desafío aquilatar la actividad de los artistas, sin tener en el momento de la escritura la distancia histórica suficiente para ofrecer aquellos análisis conceptuales que luego serán validados por la posteridad.
“Los textos recogidos en Arte visto en Cuba: un viaje por la creación visual contemporánea, se publicaron primero en el periódico Cubarte (donde fui columnista), las revistas La Jiribilla y Revolución y Cultura, entre otros medios concebidos para públicos amplios. Los puntos de vista aquí reflejados tienen el valor de testimoniar desde el presente en el cual se escribieron; al documentar los eventos, pueden tributar informaciones e insertarse en la bibliografía sobre artes visuales”.
-Más allá de presentar su libro, ¿qué le motiva de la Feria?
-Se trata del acontecimiento cultural más masivo en el país. Siempre hay novedades interesantes y útiles. Esta en particular se desarrolla en un entorno sumamente complejo, signado por la situación económica que afecta la vida de los cubanos. Pese a ello, se está celebrando con múltiples presentaciones, paneles, acciones colaterales.

-El pasado año Letras Cubanas publicó otra obra suya: Arte y libros: dos universos y una isla.
-Es una propuesta que se basa en un estudio novedoso y, al serlo, no ha estado exento de audacia. El riesgo asumido no radica tanto en la intención de sentar pautas definitivas o de englobar los disímiles tópicos, autores, artistas y ejemplos al respecto, sino en el propósito de visibilizar la existencia e importancia —hoy y en el ámbito cubano— del libro que aborda cuestiones sobre arte y, en general, brinda reproducciones de obras. Esa temática es desplegada en el primer capítulo, donde, entre otros aspectos, me extiendo hacia el cuidado y las singularidades de este tipo de volúmenes en las fases de la práctica editorial y ejemplifico con exponentes de una etapa compleja como fue la década del 90 en la Isla, después incorporo reflexiones críticas con vistas al futuro de las ediciones. En el segundo capítulo me adentro en la tan histórica como esencial trascendencia del libro-arte; léase, obras de arte que tienen como inspiración al libro, y la ilustro a través de realizaciones de creadores cubanos.
“Vale recalcar que dos de mis mayores motivaciones fueron destacar la relevancia de asentar sociedades capaces de valorar y disfrutar lo mejor del saber en torno a las artes visuales, y evidenciar la inestimable función divulgativa de las publicaciones consagradas al tema. A la par, orientar la mirada hacia el alcance e impacto de la creación visual a través del libro concebido por artistas, así como su presencia en el entorno nacional”.
-Según su experiencia, ¿en qué medida lo editado ahora en Cuba satisface a los interesados en ese campo?
-Debemos recordar que desde el Período Especial se establecieron nuevas directrices para la edición y el mercado del libro sobre arte. Sin embargo, la oferta aún resulta insuficiente ante la necesidad de contar con una bibliografía imprescindible en todos los niveles de enseñanza artística, así como para profesionales que trabajan directa o indirectamente con el mundo de la imagen visual, artistas, historiadores e instructores. De igual modo, títulos acerca de dicha materia resultan esenciales para desarrollar la cultura de la ciudadanía. Pero los ensayos referidos a la historia del arte (universal, del Caribe y Latinoamérica, de Cuba) son escasos.
“Sería deseable que las casas editoras y las instituciones con sellos editoriales investiguen en torno a aquellas líneas o cuestiones ineludibles para llenar los vacíos bibliográficos y cultivar la apreciación artística entre los cubanos, y realicen pesquisas de autores y títulos idóneos para responder a esa demanda.

“Por ejemplo, a un género como la historieta debe otorgársele la importancia que merece. Igual ocurre en el caso del libro ilustrado con calidad; es preciso estimular a sus creadores, pues si bien nuestra enseñanza artística sí incluye la ilustración en su programa curricular, los graduados carecen de incentivos en su quehacer profesional y corren el riesgo de quedar al margen de lo que sucede en el mundo.
“Se requiere, por parte de los editores, una interrelación con el arte producido en la Isla (por artistas fallecidos o vivos) y con las instituciones dedicadas a las artes visuales. Tal estrategia, aunada a la exploración del mercado (todavía no se ha hecho) y a la distribución dirigida a sectores de potenciales compradores, podría proporcionar respuestas adecuadas. Estas cuestiones vienen discutiéndose desde hace más de una década, en encuentros de diversa índole, pero se mantienen como problemáticas no resueltas”.