El huracán Ian ha sido considerado catastrófico por los daños que provocó a su paso por Cuba y por los Estados Unidos. Sus efectos aún están vivos. De huracán categoría 3 de alto nivel se convirtió en categoría 4 de alto nivel. Ian pudo ser el primer gran huracán que tocó tierra en Cuba desde Irma en el año 2017 y se dice que el quinto más fuerte registrado en tocar tierra en Estados Unidos.
Son muchas las personas que ante el paso de Ian se preguntaron dónde está el doctor José Rubiera, experimentado, admirado y querido meteorólogo cubano. Rubiera está fuera del país desde antes del huracán y me dice que casi ya de regreso.
Vía WhatsApp contacté con él y le hice algunas preguntas que respondió de inmediato.
—¿Qué tipo de huracán fue Ian más allá de su categoría? ¿Ha sido más fuerte que Gustav?
—Fue un huracán de gran intensidad categoría 3. Tuvo vientos máximos al entrar a tierra de 205 kilómetros por hora, con rachas por encima de eso. Ahora bien, si me preguntas por el Gustav, fue categoría 4. Más fuerte que este. Llegó con vientos máximos de 220 kilómetros por hora sostenido y hubo una racha de 340 km por hora en Paso Real de San Diego. Indiscutiblemente fue más fuerte que Ian aunque de tamaño más o menos similar porque tenía un ojo muy parecido de unos 45 km de diámetro.
—¿Cómo manejar los datos de un huracán como Ian?
—Igual que todos los huracanes. No importa la categoría ni las características que tenga. Hay medios de observación, las estaciones meteorológicas, los radares meteorológicos, los satélites meteorológicos, los aviones de reconocimiento que permiten darle una cobertura y un seguimiento paso a paso a los huracanes, no importa que esté cambiando, al contrario, el pronóstico cambia, incluso Ian se dijo que iba a llegar con gran intensidad categoría 3 cuando era una categoría 1. Es decir, el pronóstico se puede hacer perfectamente bien en cualquier huracán. Hay unos un poco más difíciles que otros. Por ejemplo, un huracán estacionario que no es el caso, es más difícil que uno que se mueve y también el cambio de intensidad cerca de tierra, que en este caso estaba bien pronosticado porque se veía que había temperaturas de 30, 31 grados en el mar y eso era un combustible para junto a las condiciones favorables de la atmosfera superior hacer que el desarrollo fuera explosivo, como así se dijo.
—¿Cuán fundamental es estar informados ante un fenómeno de este tipo?
—La información es fundamental en un huracán y en cualquier fenómeno meteorológico peligroso, sobre todo cuando se hace con suficiente tiempo de antelación porque va creando la conciencia de peligro en las personas y sobre todo en las que tienen que tomar decisiones. Hay que estar al tanto de la situación.
—Hay quienes afirman que Ian fue de los huracanes más desastrosos que ha pasado por Cuba...
—Por lo menos en intensidad no ha sido el más desastroso. El Gustav, como te dije, fue más fuerte. Ha habido huracanes como el de 1944 en La Habana que los vientos duraron 14 horas por encima de 200 kilómetros por hora y hubo una racha de 262 kilómetros por hora, superada por la racha de 340 del Gustav. Qué decir del huracán de Santa Cruz del Sur en Camagüey del año 1932, o qué decir del huracán de 1926 en La Habana, también categoría 4 y que causó grandes daños en la capital. Por lo tanto, Ian no ha sido el más intenso que ha conocido Cuba.
—El nombre de Gustav fue retirado de las listas de huracanes para no ser usado jamás, por razones obvias de sensibilidad. ¿Pudiera pasar lo mismo con Ian teniendo en cuenta la destrucción que causó?
—La sustitución del nombre de Gustav no fue algo insólito, se hace todos los años cuando hay un huracán que tenga una intensidad importante, que deje afectación importante, cualquier país en el área afectada puede solicitar a la Organización Meteorológica Mundial y al Comité de Huracanes, el cambio de nombre y se hace. Así fue con el Gustav y con muchos otros. El pasado año y otros anteriores se hicieron esos cambios de nombres que no vuelven a ser utilizados para darle un lugar en la historia. Seguramente Ian será quitado de la lista y posiblemente hasta Fiona que causó muchos daños en Puerto Rico y en la República Dominicana.
—¿Qué pronóstico usted hace para lo que resta de la temporada ciclónica hasta el 30 de noviembre?
—Estamos comenzando octubre. Es un mes importante dentro de cualquier temporada ciclónica. Es muy difícil prever qué puede ocurrir. En este caso, tenemos un área de tiempo perturbado en el Caribe, se ha dado en llamar: sistema de investigación 91L que está cruzando por el sur de las Antillas Menores. Ese sistema pudiera ser un ciclón tropical e iría para Centro América. Hasta ahora todo lo que se ve es que, de formarse un ciclón tropical en ese sistema, de intensificarse, pudiera llegar a la zona entre Nicaragua y Belice. Es lo que se prevé según lo que vemos en este momento porque las cosas pueden cambiar, la atmosfera no es algo fijo, es algo vivo que cambia a cada momento. Se puede hacer un pronóstico bastante bueno por las condiciones generales que existen en la atmósfera en este momento que va a ser un sistema que de formarse iría hacia Centro América. Qué más pudiera pasar, no se sabe. Por el momento no se ve y mientras no se vea, no se puede prever. Hay que mantenerse observando el Caribe porque ya el Atlántico dejó de tener su protagonismo en septiembre. Octubre y noviembre, observar el mar Caribe para, con tiempo, ver qué ocurrirá con cualquier sistema que pueda convertirse en un ciclón tropical.
—En las redes se comentó y comenta que otro huracán inmediato amenaza a Cuba. ¿Qué opina usted?
—No hay nada inmediato. Ya dije que lo que se observa es un área de tiempo perturbado en el Caribe. Pudiera ser un ciclón tropical y huracán e iría a Centroamérica.
Gracias doctor Rubiera. Usted siempre tan amable. Buen viaje.