Una de las frutas más deliciosas al paladar es el mamey; en forma de batido refresca y se agradece sobre todo en el verano.
Su sabor es dulce, con una pulpa deliciosa color naranja tirando a rojizo y con una semilla de unos 10 centímetros de color marrón oscura o negra.Su tono se debe a la gran cantidad de carotenos que tiene, poderosos antioxidantes que favorecen el sistema inmunológico. No obstante, esas características que la adornan, es, además, rica en hierro y fósforo.
La palabra mamey viene del taino, lenguaje proveniente de las Antillas antes de la llegada de los españoles y su origen más exacto se determina que es en Mesoamérica. Se dice que era tomada a base de hojas fermentadas como digestivo o en infusiones para remitir fiebres.
El mamey se puede comer crudo como una fruta, o también en helado, licuado y lo podemos encontrar en mermelada o en forma de jalea.
Son muchos los usos y características; uno de estos es como afrodisiaco; la semilla en forma de aceite -aceite sapayul-, también es utilizada en productos de belleza.
Esta fruta la podemos encontrar en muchos países tropicales y todas con un nombre diferente como lúcuma y, zapote de carne, entre otros.
Es ideal para la nutrición, dispone de gran cantidad de Vitamina B6 y vitamina C, rico en manganeso, fibra dietética, potasio, niacina; además, proporciona un mantenimiento fundamental para la piel, ayuda en el crecimiento de los huesos, así como, tener el sentido de la visión sana; evita problemas como cataratas y pérdida de visión. Su contenido en sodio como mineral ayuda a mantener la presión arterial dentro de los límites.
Antioxidante perfecta para cicatrizar heridas, producción de colágeno para músculos y ligamentos, dientes, huesos, buena circulación de la sangre entre otras.Está libre de grasas con muchos hidratos de carbono y pocas proteinas.
Son muchas las propiedades medicinales que se obtienen del mamey; también recetas culinarias para saborear, pero también existen diferentes usos no tan conocidos como es el de insecticida orgánico.
La vitamina C que contiene cura y cicatriza células dañadas en la piel, la vitamina A se encarga de rejuvenecer las células; evita la caída del cabello manteniéndolo fuerte, incluso ayuda a que crezca suave y fino.
Estupendo para la digestión; su alto contenido en fibra ayuda a luchar contra la diarrea y a mejorar el tráfico intestinal del organismo; cura la bronquitis; tostar y moler las semillas ayudarán con una tos persistente y congestión bronquial.
El suave sabor de su pulpa no ácida hace que el estómago la tolere de forma agradable y proteja las mucosas digestivas.
Es ideal para detener el sangrado de heridas debido al tanino (sustancia que se extrae de la corteza de los árboles), contenida en sus hojas.
Constituye también un producto muy utilizado por las empresas de cosmética por sus vitaminas y propiedades hidratantes. Quizás las mascarillas son las más utilizadas por las mujeres para dar suavidad, refrescar y cuidar la piel.