No hay excusas para la demora y es una obligación moral para el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pronunciarse sobre el bloqueo a Cuba, estiman hoy analistas.
Para Biden llegó la hora de mostrar el resultado de su revisión de la política a seguir con respecto a Cuba, un clamor que recorrió ciudades estadounidenses y del mundo el fin de semana último.
El próximo miércoles la Asamblea General de la ONU escuchará un nuevo informe sobre la resolución 'Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos contra Cuba'.
Desde 1992, en 28 ocasiones, la propuesta de la isla contó con amplio respaldo internacional y en 2019 fueron 187 los países que rechazaron esta inhumana agresión contra ese pueblo, arreciada durante el Gobierno de Donald Trump (2017-2021)
Si Biden quiere apoyar los derechos humanos en la isla y dar poder al pueblo cubano, puede comenzar por aliviar la crisis alimentaria con el fin a la prohibición de remesas y restaurar el derecho de viajar para los residentes en Estados Unidos, estimó una valoración del académico estadounidense William LeoGrande.
No hay excusas para la demora, puntualizó, y precisó que ayudar a remediar la crisis que enfrentan los cubanos 'es una obligación moral, una extensión de la responsabilidad de proteger', donde lo humano debe sobrepasar estrechas valoraciones políticas.
Hace pocos días el senador republicano por Florida, Marco Rubio, junto con sus colegas Rick Scott, también de Florida) y Ted Cruz (de Texas), presentó un proyecto de ley para evitar que Cuba prosiga con su ideal internacionalista.
Ellos quieren que el Departamento de Estado publique la lista de naciones que tienen contrato con La Habana para su programa de 'misiones médicas' y considerar éste como factor para clasificar al país en su reporte anual de trata de personas.
Una nueva mentira a la ya larga lista que acumulan los ataques contra el pueblo cubano y que personalidades como Noam Chomsky desenmascaran. 'Cuba es el único país que ha mostrado un genuino internacionalismo durante la crisis del coronavirus', dijo.
Una mirada atrás muestra como antes de la proclamación oficial del bloqueo impuesto por John F. Kennedy, en febrero de 1962, Lester Mallory, vicesecretario de Estado asistente para los asuntos interamericanos de Estados Unidos, mostraba los macabros objetivos del cerco.
En un memorándum secreto, en abril de 1960, Mallory escribió que 'la mayoría de los cubanos apoyan a Castro'.
Por tanto, planteó, 'el único modo previsible de restarle apoyo interno es mediante el desencanto y la insatisfacción que surjan del malestar económico y las dificultades materiales', objetivos perseguidos por varias administraciones, en una política fracasada durante décadas.
Un reciente artículo del escritor cubano y presidente de Casa de las Américas, Abel Prieto, publicado en el diario mexicano La Jornada, señala que 'Esta infame estrategia ha estado en el centro de la política estadunidense hacia la Cuba revolucionaria'.
Destacó que la aplicación del capítulo III de la Ley Helms-Burton, pospuesto por todos los presidentes de ese país hasta la irrupción de Trump, es una aberración jurídica.
Hasta ahora Biden no ha dado ningún paso para aliviar la terrible carga que pesa sobre Cuba desde hace tantos años. Ojalá sea capaz de rectificar una política despiadada, cruel, condenada al fracaso. Si no lo hace, pasará a la historia como otro emperador vencido de forma humillante por una islita digna del Caribe, subrayó.
Al respecto de esas acciones, Medea Benjamin, cofundadora de CODEPINK por la Paz, valoró que la Casa Blanca debe aprovechar la ocasión para anunciar las medidas encaminadas a proporcionar alivio al pueblo cubano y volver a la senda de la normalización.
'Haría bien en prestar atención a la advertencia y, de un plumazo, levantar las restricciones comerciales y de viaje y permitir las remesas sin restricciones' arreciadas por el gobierno de Trump, expresó.
Por su parte, LeoGrande advirtió que no hay excusas para la demora,y precisó que ayudar a remediar la crisis que enfrentan los cubanos 'es una obligación moral, una extensión de la responsabilidad de proteger', donde lo humano debe sobrepasar estrechas valoraciones políticas.