En los márgenes de La Habana y casi a la misma distancia entre Artemisa y Mayabeque se encuentra el Hospital Dermatológico Dr. Guillermo Fernández Hernández-Baquero, centro de referencia del Programa Nacional de la Lepra y del tratamiento del pie diabético con Heberprot-P.
La institución es la única en Cuba con un santuario dentro: el dedicado a San Lázaro en El Rincón. En los últimos años, quienes la visitan la encuentran reparada, con mayor limpieza y cultura del detalle.
Carteles alusivos a los héroes de la patria, un césped bien podado, edificios recién pintados o en labores de reparación y cestos y señalizaciones por doquier hacen una experiencia agradable caminar por las calles que conectan los edificios del complejo hospitalario.
“Nos preguntan cómo hemos mejorado en estos años. Nuestra filosofía de trabajo es que, si se quiere resolver un problema, debemos movilizarnos y buscar mecanismos de solución. La pasividad y el acomodamiento conllevan a la mediocridad, que es lo opuesto al desarrollo”, señala el Dr.C. Rolando Montero Díaz, director del hospital.
En el centro son atendidos pacientes de todo el país en las áreas de dermatología, angiología, psiquiatría, psicología, ortopedia, medicina interna, rehabilitación y medicina natural y tradicional.
La instalación cuenta con 190 camas y 31 trabajadores. En sus salas, los pacientes se benefician con un laboratorio clínico y microbiológico, un departamento de rayos X, un área de trabajo social, de esterilización y ergoterapia; así como una farmacia y una biblioteca.
El doctor Montero Díaz explica que, entre las novedades de los últimos años, destaca la creación de nuevas consultas, y la colocación de una estancia para recibir a los pacientes que llegan, aunque no tengan turno, porque la premisa es que nadie se vaya sin recibir atención.
Según comenta, en este hospital especializado se atienden personas de todo el país, y el laboratorio, el servicio de rayos X y la sala de rehabilitación son utilizados tanto los pacientes ingresados como por los pobladores de El Rincón, San Antonio de los Baños o Bejucal, que son quienes más cerca viven.
Por la profesionalidad de los trabajadores, la calidad del servicio y las mejoras en infraestructura y organización logradas en el último quinquenio, el hospital ostenta la condición de Institución Colectivo Moral.
Principales servicios y resultados
El doctor Alexis González Creagh, jefe del Departamento de Rehabilitación, tiene una década de experiencia en la institución sanitaria, y ha sido testigo y parte de las mejoras del centro bajo el liderazgo del doctor Rolando. “Antes se priorizaban unos servicios más que otros, ahora todos se desarrollan por igual”, comenta.
En el caso específico de su área, señala que atienden diariamente alrededor de 50 pacientes, a quienes ofrecen una rehabilitación integral, con servicios incluidos como podología y traumatología.
Hoy el hospital desarrolla ocho líneas de investigación, que incluyen el tratamiento del pie diabético con Heberprot-P, el tratamiento de cáncer de piel con Heberferon, la atención a la psoriasis con Itolizumab y productos desarrollados por el Centro de Inmunología Molecular (CIM), el tratamiento de afecciones dermatológicas con CIPIM (zeolitas) y con productos de hisoterapia placentaria; así como el tratamiento de afecciones dermatológicas y angiológicas con ozono, y el tratamiento con estimulación eléctrica para la cicatrización de úlceras complejas.
La sala de dermatología es una de las punteras de la institución, y trata enfermedades como la psoriasis, la dermatitis de contacto, la piodermitis, entre otras. En esta área aumentó el total de consultas, de 425 en 2019, a 751 en 2022.
En el salón de cirugía se realizan diferentes tipos de operaciones, así como la rehabilitación quirúrgica de pacientes de dermatología, oftalmología, ortopedia y urología.
La sala de angiología, por su parte, creció, de 109 consultas en 2018 a 157 en 2022. Esta especialidad tiene un largo historial en el tratamiento de úlceras del pie diabético con Heberprot-P.
La eliminación de riesgo de amputación se ubica en alrededor del 98% para los pacientes que usan el medicamento, según el director de la institución.
“El tiempo de sanación depende de cada paciente, pero en promedio es un mes. A veces se logra granular toda la lesión, es decir, llevar la depresión profunda a la superficie, en otras ocasiones se injertan fragmentos de piel para que sane más rápido”, comenta Noel Orozco Leyva, jefe del servicio de angiología.
Aunque el Heberprot-P comenzó a aplicarse para el tratamiento de la úlcera del pie diabético, tras comprobar la eficacia de sus resultados, se extendió a otras lesiones, como las úlceras neuropáticas. Su protocolo de empleo excluye a pacientes con cáncer o enfermedades crónicas descompensadas.
“Desde 2009 hemos atendido más de 1 500 casos con Heberprot-P, y este año suman 22. Las amputaciones han disminuido a menos del 5%. En lo que va de 2024 un solo paciente ha sido amputado”, dice Diana Angulo Ricardo, una de las enfermeras con más experiencia en el servicio de angiología.
Aunque en el área se trata fundamentalmente la úlcera del pie diabético, también son atendidas personas con enfermedades venosas, arteriales y úlceras de distintas causas.
Pedro Julián Ávila, paciente de la sala de angiología, comenta que hace un tiempo se le infestó un tendón de su pierna izquierda y hubo que amputarla. “Estuve cuatro meses recibiendo tratamiento aquí y ahora llevo 15 días ingresado. No me puedo quejar de la atención”.
El Hospital Dermatológico fue célebre por el tratamiento de la lepra. Aunque últimamente no se habla mucho de la enfermedad, esta sigue existiendo y el centro sigue recibiendo pacientes con este padecimiento.
“La lepra ha dejado de ser un gran problema de salud, sin embargo, se siguen diagnosticando pacientes, que, si son atendidos de forma oportuna, no llegan a sufrir discapacidades”, dice Orozco Leyva.
Explica que las consultas de estas personas suelen hacerse de forma ambulatoria, y el tratamiento tiene una duración de entre seis meses y un año.
En las áreas del hospital viven con sus familiares algunos pacientes curados de lepra.
Del salón al surco
Más allá de la misión de devolver la salud a sus pacientes, el Hospital Dermatológico tiene el propósito de hacer de El Rincón una comunidad saludable, para ello, desarrolla el proyecto agropecuario integral de la finca El Rincón, de conjunto con la Empresa Metropolitana de La Habana y la Empresa Bacuranao.
“El hospital tenía tierras ociosas y, en una búsqueda por darles utilidad, surgió hace un año y nueve meses el proyecto agropecuario. Su ejecución permitirá la producción de alimentos, y los beneficiarios principales serán los pacientes del hospital, los trabajadores y la comunidad”, comenta el director del centro, Rolando Montero.
Si se camina por la calle principal de la institución, al final del trayecto se encuentran casas de cultivo, semiprotegidos, organopónicos, un campamento juvenil agrario llamado Abdala, los cimientos de un bosque martiano, una nave con gallinas rústicas, un criadero de lombrices, una minindustria en creación y un espejo de agua donde se cultiva tilapia roja.
En una primera etapa, el proyecto abarca 16 hectáreas, de ellas, 13.42 con posibilidades de ser cultivables. En esas tierras se siembran cultivos varios como el maíz, árboles de mango y guayaba, plátano, entre otros.
Igualmente, la finca El Rincón propone la instalación de cultivos en organopónicos, uno para la cosecha de condimentos y otro para plantas medicinales usadas en tratamientos dermatológicos, como el aloe vera y la manzanilla, que serán procesadas en un laboratorio certificado para ese fin.
Entre las prácticas agroecológicas, se aboga por la lombricultura, así como por el manejo de los cultivos con paquetes tecnológicos y bioproductos (biofertilizantes, bioestimulantes y bioplaguicidas).
El proyecto se vincula con centros de ciencias, como el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA), el Centros Nacional de Sanidad Vegetal (CENSA), el Instituto Cubano de Investigaciones de los Derivados de la Caña de Azúcar (ICIDCA), el Instituto de Granos y la Universidad Agraria de La Habana (UNAH), entre otros; y propone la instalación de un aula, que ofrecerá capacitación, actividades de preparación y adiestramiento.
“Trabajamos muy intensamente con todos los factores de la comunidad, para transformarla una comunidad saludable”, asegura el doctor Rolando Montero.
Comenta que el hospital posee también una vaquería, que permite ofrecer a los pacientes entre tres y cuatro tomas de leche diarias. Igualmente, se crían cerdos en Bauta, lo cual permite recibir mensualmente entre 200 y 300 kilogramos de carne, que da para 10 comidas para los pacientes y dos o tres para los trabajadores.
La cercanía del proyecto al hospital favorece que las producciones lleguen frescas a los principales consumidores. De acuerdo con el doctor Montero Díaz, actualmente se realiza un aporte importante al Sistema de Atención de la Familia (SAF) de El Rincón, priorizando con donativos a los ancianos vulnerables, embarazadas y madres con tres hijos y más.
El proyecto se desarrolla mientras el país avanza en la implementación de un Plan Nacional de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, enfocado en disminuir la dependencia de las importaciones y potenciar la capacidad productiva.
De ese modo, el Hospital Dermatológico cumple su misión primera de devolver la salud, a la vez que construye un modelo de referencia para campesinos y decisores territoriales, basado en la economía circular como modelo efectivo de producción y consumo.