La afamada bailarina cubana Marta García falleció hoy en un hospital de Madrid a los 68 años, víctima de un cáncer de pulmón, informaron fuentes allegadas a la artista.
García nació el 7 de febrero de 1949 en el barrio habanero de Guanabacoa y su larga trayectoria la convirtió en uno de los pilares del Ballet Nacional de Cuba (BNC), perteneciendo a la segunda generación de grandes y admiradas figuras de la prestigiosa escuela.
Aunque es en 1965 cuando debuta en las filas de la compañía titular cubana en el cuerpo de baile de Coppelia -tras completar su formación de bailarina clásica en la Escuela provincial de Ballet de La Habana-, su vocación artística despuntó mucho antes.
Con apenas cinco años (1954), se hizo acreedora del Premio a la Mejor Artista Infantil, otorgado por un popular programa de la televisión de la época, para cuyas cámaras recitó, cantó, actuó y bailó danzas españolas desde sus tempranos tres años.
En 1956 se entrena en una presentación de la Academia de Ballet Alicia Alonso en el entonces Teatro Radiocentro (hoy Yara), y un año después repite con éxito esta experiencia en el Teatro América y participa en el Festival de Bailes Españoles del Teatro Fausto.
Diez años más tarde, realiza sus primeros roles de solista en Las Amigas de Gisselle; y la Danza Española y Mazurca de El lago de los cisnes.
En 1968, Marta García gana el premio juvenil en el prestigioso Concurso de Ballet de Varna (Bulgaria), certamen al que vuelve en 1970 y gana la medalla de plata. En 1971 le llega uno de sus hitos con el ballet Mascarada (Jachaturian) coreografiado por Anna Leontieva.
Con el BNC recorre el mundo y asume todos los papeles protagónicos del gran repertorio clásico, de La fille mar gardée y Giselle a El lago de los cisnes, Don Quijote y La bayadera.
Para 1975, dos años después de ser ascendida a primera bailarina, estrena La casa de Bernarda Alba en la versión de Tenorio y en 1978 Bodas de sangre de Antonio Gades, encarnando el papel de La Novia en el debut habanero.
Junto a su esposo y partenaire Orlando Salgado, fue directora del Ballet del Teatro Colón de Buenos Aires (2001-2004) y profesora en el Instituto Superior de Danza Alicia Alonso, adscrito a la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
Además del trabajo en el citado instituto, fue maestra y coreografió en el Centro Scanea, dirigido por Carmen Roche, e impartió cursos en el Conservatorio Superior de Danza María de Ávila, ambos en la capital española.
Hace poco más de dos años, la primera bailarina publicó en España sus memorias.