Actualmente en todo el planeta viven alrededor de 72 millones de personas con discapacidad auditiva, quienes emplean más de 300 diferentes lenguas de señas para comunicarse. Según la Federación Mundial de Sordos, más del 80% de esas personas pertenecen a países en desarrollo.
La lengua de señas está reconocida como idioma natural y primera lengua de la comunidad sorda en 77 naciones, 18 de ellas de la región de América Latina y el Caribe.
De acuerdo con Naciones Unidas, las lenguas de señas son idiomas naturales a todos los efectos, estructuralmente distintos de las lenguas habladas. Existe también un sistema de signos internacional que es el que utilizan las personas sordas en reuniones globales y, de manera informal, cuando viajan y socializan.
La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad reconoce y promueve el uso de las lenguas de señas. Establece que tienen el mismo estatus que las lenguas habladas y obliga a los estados partes a que faciliten el aprendizaje de la lengua de señas y promuevan la identidad lingüística de la comunidad de las personas sordas.
La Asamblea General de la ONU proclamó, en la resolución A/72/439, el 23 de septiembre como Día Internacional de las Lenguas de Señas con el fin de concienciar sobre la importancia de estas para la plena realización de los derechos humanos de las personas sordas.
El máximo órgano de deliberación de Naciones Unidas plantea que el acceso temprano a la lengua de señas y a los servicios en esta lengua, incluida una educación de calidad, es vital para el crecimiento y el desarrollo de las personas sordas y decisivo para el logro de los objetivos de desarrollo sostenible.
Resalta también la importancia de preservar las lenguas de señas como parte de la diversidad lingüística y cultural.
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Garantizar un amplio y no discriminatorio acceso de las personas sordas a la información en cualquier contexto, promover la educación bilingüe y la inclusión plena en la sociedad, son algunos de los derechos que postula el Decreto-Ley de la Lengua de Señas Cubana.
Aprobado por el Consejo de Estado el 16 de septiembre último, la norma tiene como fin regular el reconocimiento y uso del idioma oficial de la Comunidad Sorda de Cuba, conforme a lo estipulado en la Constitución de la República vigente desde 2019.
La Carta Magna, en su artículo 89, obliga al Estado, la sociedad y las familias a proteger, promover y asegurar el pleno ejercicio de los derechos de estas personas, así como los principios constitucionales de igualdad y no discriminación.
Para el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, “el Estado, la sociedad y las familias tienen la obligación de proteger, promover y asegurar el pleno ejercicio de los derechos de las personas en situación de discapacidad”.
Alejandro Marzo, presidente de la Asociación Nacional de Sordos de Cuba (Ansoc), citado por la prensa nacional, opina que “el Decreto-Ley patentiza la inclusión e integración de la comunidad sorda en la sociedad”.
La Ansoc, que representa desde 1978 a la comunidad sorda e hipoacúsica cubana, trabaja por lograr una mayor integración social y por elevar la calidad de vida de estas personas en Cuba, que se calculan en unas 52 660. Este Decreto-Ley contribuirá al desempeño de esa labor.
En la actualidad, la Ansoc cuenta con unos 27 379 miembros y su misión es servir como mediador con las instituciones gubernamentales, organizaciones sociales y de masas en la materialización de los anhelos, intereses y necesidades de sus miembros.
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Otra entidad que trabaja por garantizar la plena inclusión de las personas sordas en la sociedad cubana es el Centro Nacional de Superación y Desarrollo de la Persona Sorda (Cendsor), cuya directora, Rita Simón Valdés, comentó a Cubadebate: “Cuba tiene todas las condiciones histórico- sociales y políticas para que las personas sordas se sientan plenamente incluidas, aunque -en mi opinión- aún nos falta comprensión de la sociedad”.
La especialista defiende el criterio de que aun cuando existen personas con “determinado conocimiento” sobre el tema, estas no muestran “una comprensión práctica” respecto a la comunidad sorda.
“Falta conocimiento. Las personas con una discapacidad auditiva tienen características identitarias propias, una identidad cultural particular, por lo que hay que conocer no solo el cómo son sino también el cómo se relacionan. Hay que conocer que su lengua es una lengua muy rica, estructurada, con una gramática totalmente diferente a la del español que hablamos”, dijo.
Simón Valdés opina que tanto desde lo gubernamental como desde lo social es necesaria una mayor comprensión y conocimiento sobre las necesidades de la comunidad sorda; una percepción que quedó plasmada en el documento denominado Política para la Legalización de la Lengua de Señas, a partir del cual se derivó el recientemente aprobado Decreto-Ley.
“En lugares públicos como las terminales de ómnibus o trenes, puertos y aeropuertos no hay gráfica, no hay señalización, la información solo se divulga por audio”, ejemplificó.
En ese sentido, plantea que sería útil contar con el servicio de Lengua de Señas Cubana en instituciones públicas y en departamentos de atención a la población.
En los últimos años se aprecia el crecimiento del servicio de subtítulos en espacios informativos, dramatizados y cinematográficos, así como la incorporación de intérpretes de lengua de señas en la televisión de alcance nacional y de algunos territorios. No obstante, la especialista considera que debe velarse por la calidad de los servicios de interpretación.
Foto: Tomada de Facebook/MTSS
La directora del Cendsor caracteriza a la comunidad sorda cubana como una comunidad con un alto grado de implicación en la sociedad. “Son personas sociables, trabajadoras, profesionales, amantes del deporte y la cultura. Tienen costumbres e identidad cultural propias”.
Simón Valdés explicó que la Lengua de Señas Cubana constituye la primera lengua de las personas sordas, por lo que el proceso de enseñanza aprendizaje debe atender con prioridad el desarrollo de la misma, ya que constituye símbolo de identidad cultural para la comunidad sorda cubana.
El estudio de las lenguas de señas implicó desde su nacimiento, y aun en la actualidad, la ruptura con una forma de concebir el lenguaje. Es decir, había que reconocer que la capacidad de los seres humanos para comunicarse entre si no se encontraba restringida al uso del medio auditivo, sino que además se podía encontrar en las manos con el empleo de un medio visual.
La Lengua de Señas se distingue como lengua visogestual basada en el uso de las manos, el rostro y el cuerpo. La lengua de señas cumple para los sordos las mismas funciones que cumple la lengua oral para los oyentes.
Argumentó la especialista que la Lengua de Señas Cubana es una lengua natural, distinta de la variante cubana del español. Esta no está constituida por una sucesión de articulaciones manuales y gestos que se corresponden con el orden sintáctico del español, sino que posee sus propias reglas gramaticales y sintácticas.
“La lengua de señas como cualquier otra lengua, está definida tal cual, con todas las características estructurales que puede tener una lengua de carácter oral, sus planos, sus niveles, sus estructuras propias”, dijo.
El Cendsor, creado desde 2008, tiene entre sus principales funciones capacitar a miembros de la comunidad de sordos, familiares, amigos, directivos de la Ansoc y otras personas interesadas; aplicar resultados de investigación en la enseñanza de la lengua de señas y producir materiales audiovisuales para apoyar la docencia.
Sobre cómo es la enseñanza de la Lengua de Señas en Cuba, comentó la especialista que “puede darse de dos modos: para usuarios de las lenguas de señas pero que son personas oyentes (profesores, intérpretes, familias, amigos...), la enseñanza en este caso se conduce empleando la metodología de enseñanza de segundas lenguas.
“También se enseña la lengua de señas cubanas como primera lengua de la comunidad sorda, fundamentalmente en las escuelas bilingües para niños sordos. Es decir, los niños sordos de la educación primaria reciben dentro de su currículo ordinario la asignatura Lengua de Señas Cubana”.
Desde el año 2004, en Cuba se implementa el Modelo de Educación Bilingüe para estudiantes con discapacidad auditiva.
El país dispone de escuelas específicas para los niños sordos, quienes asisten a todos los niveles educativos obligatorios y también cursan escuelas politécnicas y universidades e incluso maestrías y doctorados.
Sobre cómo se conmemora en Cuba el Día Internacional de las Lenguas de Señas, dijo Simón Valdés que “esta fecha se celebra de muchas maneras, con una activa participación de la comunidad sorda y de sus líderes, sus dirigentes, en representación de la Ansoc”.
Explicó que “desde la propia Federación Mundial de Sordos siempre se destina para ese día un número de actividades que pueden desarrollarse, pero que cada país decide como hacerlo”.
Por ejemplo, en Cuba se celebran actividades de carácter científico e investigativo en las que se presentan los principales resultados de estudios de la Lengua de Señas Cubana.
“En esas actividades participan no solo profesionales de la investigación, profesionales de la enseñanza de las lenguas de señas, sino que se convida a miembros de la comunidad sorda para conocer los resultados de las investigaciones relacionadas con su lengua natural.
“Tuvimos la oportunidad de participar en la provincia La Habana en un festival de lenguas de señas a modo de competición”, comentó.
Agregó la directora del Cendsor que, en general, son actividades de carácter social en las que participa toda la comunidad sorda. “Este año se organizó una actividad relacionada con la cultura cubana y la presencia en ella de la Lengua de Señas”.